Después de un receso cinéfilo, incluso la no asistencia a las funciones de prensa de la 75 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, con el riesgo de perder la práctica de ejercer el oficio de la crónica y la crítica cinematográficas, me lancé a la Cineteca Nacional, para seguirle la pista a uno de los realizadores norteamericanos más inquietantes de las útimas décadas: Paul Schrader (fecha y lugar de nacimiento: 22 de julio de 1946, Grand Rapids, Michigan, United States), destacado representante del cine norteamericano de calidad autoral.

De él, he visto: Hardcore (1979), American Gigolo (1980), Cat People (1982), Mishima: A life in Four Chapters (1985), Affliction (1997), Dog Eat Dog (2016), The Card Counter (2021) y Master Gardener (2022). Las dos últimas, con First Reformed (2017), que no he podido ver, forman parte de la denominada “trilogía sobre la redención“.

Paul Schrader escribió en 1972 el libro “El cine trascendental: Ozu, Bresson, Dreyer“. ¿Trascendental en el sentido kantiano de no aplicarse al ser, al mundo exterior, sino para caracterizar la conciencia humana, sus capacidades cognoscitivas? ¿Una conciencia “pura”, idéntica en todos nosotros, más allá de la conciencia y el conocimiento, es decir, otro mundo?

Leo lo siguiente sobre el libro: “Yasujuro Ozu, en Japón, Robert Bresson en Francia, Carl Dreyer en Dinamarca, y otros directores de diferentes paises, han configurado una forma cinematográfica común: el estilo trascendental. Se analiza ese estilo trascendental como resultado de dos contingencias universales: el deseo de expresar lo metafísico y el modo de ser del propio medio cinematográfico.

¿Dónde está mi hija? (Hardcore, Estados Unidos, 1979), con George C, Scott, Peter Boyle y Season Hubley, fue su segundo largometraje, después de Blue Collar (Estados Unidos, 1978) que tampoco he podido ver. Recuerdo que trata sobre la desaparición de una chica y la desesperada búsqueda, por su padre. El tema me sigue inquietando aún. Hago la  traducción del comentario de Leonard Maltin, porque da una visión concreta del tema: “Scott (en poderosa actuación) un calvinista del medio oeste, busca a su hija adolescente que inexplicablemente abandonó los estudios. Su viaje al bajomundo de la prostitución y las películas pornográficas es al mismo tiempo fascinante, triste y repelente, empañado por una conclusión increible.”

Gigolo Americano (American gigolo, Estados Unidos, 1980), con Richard Gere y Lauren Hutton, fue su tercer largometraje. Leonard Marin, al darle una calificación de regular a Hardcore, le pone BOMB (cero) a American Gigolo: “Schrader presenta su variación más débil hasta el momento de su tema favorito, el lado sórdido de la vida estadounidesnse. El pequeño juego de moralidad que se hace pasar por un thriller (suspenso), se ve aún mas socavada por la actuación neurasténica y algunas de las escenas sexuales menos sexys de todo los tiempos.” (la ironía cancionera de Rafael Medina de la Serna remata: “Vende caro tu amor aventurero”).

Se equivoca Leonard Marin. Vale decir que esas escenas no son sexuales, ni sexys, son como un homenaje a Jean-Luc Godard, para representar el amor carnal puro o el verdadero encuentro del amor, de un profesional que brinda placer por negocio (Richard Gere) y de una esposa insatisfecha sexualmente (Lauren Hutton). Vale decir que el largo epílogo, con sus cuatro fade out-fade in. son un antológico homenaje a la película Carterista (Pickpocket, Francia, 1959) de Robert Bresson, en manifiesta poesía (“el modo de ser del propio medio cinematográfico”): la salvación por el amor, sin importar consecuencias sociales de desprestigio: La redención personal.

En Mishima (Mishima: A life in Four Chapters, Estados Unidos-Japón, 1985), con Ken Ogata, Paul Schrader intenta reflejar el tema de la muerte, más allá de la vida y la fascinación por el vacío, la necesidad del personaje (Ken Ogata) de sentir ese vacío, al ejecutar el suicidio, mediante el seppuko. Aquí sería imposible escribir sobre las otras enigmáticas películas que he visto de Paul Schrader y, por supuesto, sobre las que no he visto, del autor total. Asunto para un trabajo ensayístico que ocuparía un mayor espacio o varias partes.

La trilogía sobre la redención comienza con La iglesia de la salvación (First Reformed, Estados Unidos, 2017) con Ethan Hawke y Amanda Seyfried que tampoco he podido ver. Se comenta: “es una drama-suspenso que sigue a un ministro protestante, enfentándose a cuestiones de fe y moralidad, mientras sirve como pastor de una iglesia histórica en decadencia.”

Continúa con Apuesta mortal (The Card Counter, Estados Unidos, 2021) con Oscar Isaac, Tiffany Haddish y Tye Sheridan, “un thriller de venganza que cuenta la historia de un exmilitar (Oscar Isaac) convertido en jugador profesional de póker, atormentado por los fantasmas de su pasado, decidido a ejecutar un plan de venganza contra un coronel militar. La sinopsis no es suficiente para explicar el profundo significado de la historia.

Un viaje real, por hoteles, bares, casinos, con recuerdos oníricos traumáticos (filmados con gran inaginación formal), en el que una bella mujer de color (Tiffany Haddish) sirve de enlace para el encuentro final. El jugador, redimido, redime a un joven que busca matar al mismo coronel. Termina con El maestro jardinero (Master Gardener, Estados Unidos, 2022) con Joel Edgerton, Sigourney Weaver y Quintessa Swindell.

Lo que al principio (créditos acompañados, en la parte derecha de la pantalla, por la maravilla del truco cinematográfico y digital de la cámara lenta, para ver la belleza del crecimiento, en unos cuantos segundos, de varias especies de flores) parecerá sólo una lección histórica y técnica sobre el arte y la ciencia de la jardinería, contada, con voz fuera de cuadro y la escritura de un diario personal, por el pesonaje principal (Joel Edgerton), poco a poco, se va convirtiendo en una narración de insólitas relaciones particulares íntimas, salpicadas por pasados turbios, expuestos en rápidas acciones retrospectivas y diálogos reveladores.

Un personaje redimido, de las drogas y la extrema violencia, expartidario de una organización neo nazi, redime a una chica (Quintessa Swindell), del sexo fácil y de las drogas, con una buena dosis de violencia exagerada, conducente al final feliz, terminando, con la tensión, povocada por una madura, autoritaria y celosa millonaria, a punto de morir, cargada de caprichosa maldad oculta (Sigourney Weaver) que tenía al redimido, trabajador y cuidador profesional de su jardín modelo, sometido a sus caprichos y deseos sexuales.

Sobre Cat People, Afflicton y Dog Eat Dog ya habrá tiempo para comentarlas.